Estoy envenenada
El deseo
enferma mi piel.
Los espasmos de placer
ruborizan mis mejillas.
Febril,
me retuerzo en la cama.
Palpita mi sexo,
bella lujuria…
Me atrapa,
me hace reír.
Sentirme una diosa,
una vulgar mujer.
Una mujer viva.
una ligera lluvia
me retorna a la calma.
Estoy envenenada.
¿Y qué?


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