me dejo llevar.
Mis dedos,
tu lengua.
Binomio perfecto.
Uno a uno,
juegan en tu boca,
descubriendo
descubriendo
nuevos paraísos.
Te recreas, suspiro,
me pides más.
en los rincones
de mi carne.
¡Cuánta belleza!
Me susurras, tan cerca…
Te estremeces,
como niño.
Respondes,
como un hombre.



